El Mecanismo de Anticitera
El mecanismo de Anticitera es un
antiguo dispositivo de cálculo que se utilizaba para determinar posiciones
astronómicas y que ha dejado perplejos a los científicos durante más de un
siglo. Encontrado en torno a 1902 por el arqueólogo Valerios Stais entre los
restos de un naufragio frente a la costa de la isla griega de Anticitera, se
cree que fue construido entre los años 150 y 100 a.C. la periodista Jo.
Marchant ha apuntado que “entre los objetos recuperados que posteriormente se
embarcaron rumbo a Atenas, había un bloque amorfo en el que nadie reparó en un
principio hasta que se desmenuzó, saliendo a la luz engranajes, agujas de
bronce e inscripciones minúsculas en griego […] Era una maquinaria sofisticada
y precisa compuesta de cuadrantes, manecillas y como poco, treinta engranajes
interconectados de una complejidad nunca descrita en ningún documento histórico
hasta más de un milenio después, hasta la época del desarrollo de los relojes
astronómicos en la Edad Media europea”.
Una esfera situada en el frontal
del aparato debía alojar al menos tres manecillas, una de las cuales indicaba
la fecha y las otras dos, las posiciones del Sol y la Luna. Es muy probable que
el aparato también se empleara para registrar las fechas de celebración de los
Juegos Olímpicos de la antigüedad, predecir eclipses solares e indicar otros
movimientos planetarios.
El mecanismo dedicado a la Luna
incorpora una serie de engranajes de bronce que entusiasman especialmente a los
físicos. Dos de ellos están unidos a través de compensación para señalar la
posición de la Luna y sus fases. Como es sabido desde que se formularon las leyes de Kepler sobre los movimientos
planetarios, la Luna se desplaza a diferente velocidad en diferentes fases de
su órbita en torno a la Tierra (más rápido cuando está más cerca de la Tierra)
y esa diferencia de velocidad se ajusta a lo reproducido por el mecanismo de
Anticitera aun cuando los antiguos griegos no tuvieran noticia de la órbita
lunar era en realidad elíptica. Podemos añadir que también la Tierra se
desplaza más deprisa en su órbita cuando está más cerca del Sol que cuando está
más lejos.
Marchant proseguía: “Al accionar
la manivela de la caja se podía hacer avanzar o retroceder al tiempo para ver
cuál sería la situación del cosmos hoy, mañana, el martes pasado o dentro de
cien años. Quienquiera que fuese el propietario de este aparato debió sentirse
el amo del firmamento”
0 comentarios:
Publicar un comentario