La radioactividad
“El mejor modo de
pensar en el comportamiento de los núcleos radioactivos es imaginar unas
palomitas de maíz haciéndose en el horno, la mayoría parecen estallar
aleatoriamente en unos cuantos minutos y solo unos pocos parecen no tener
intención de hacerlo. De manera similar, los núcleos más conocidos son estables
y esencialmente idénticos a cómo eran desde hace siglos. Sin embargo, hay otros
tipos de núcleos inestables que desprenden fragmentos a medida que se
desintegran. La radioactividad es la emisión de este tipo de partículas.”
Robert Hazen y James
Tregil
El descubrimiento de la
radioactividad se suele asociar a las observaciones efectuadas en 1896 por el
científico francés Henri Becquerel cuando detectó la fosforescencia de las
sales de uranio, aunque, unos cuarenta años antes, el fotógrafo francés Abel
Niépce de Saint-Victor ya había referido hallazgos similares. Aproximadamente
un año antes del descubrimiento de Becquerel, el físico alemán Wilhelm Conrad
Rontgen descubrió por casualidad los rayos X mientras experimentaba con tubos
de descarga eléctrica, y Becquerel se interesó por ver si los compuestos
fosforescentes (aquellos que emiten luz visible cuando se estimulan con luz
solar u otras ondas excitantes) también podrían producir rayos X. Becquerel colocó
sales de uranio en una placa fotográfica envuelta en papel negro. Quería ver si
este compuesto fosforecía y producía rayos X que pudieran oscurecer la placa
cuando la luz del Sol impactaba en el compuesto.
Para sorpresa de Becquerel, el
compuesto de uranio oscurecía la placa fotográfica aun cuando el paquete
estuviera graduado en un cajón. El uranio parecía emitir alguna clase de “rayos”
penetrantes. En 1898, los físicos Marie y Pierre Curie descubrieron 2 nuevos
elementos radioactivos, el polonio y el radio. Por desgracia, los riesgos de la
radioactividad no se descubrieron enseguida y algunos médicos empezaron a
prescribir, entre otros remedios peligrosos, tratamientos a base de radio. Más
adelante, Enerst Rutherford y Frederic Soddy descubrieron que este tipo de
elementos en realidad se transformaban en otros elementos en el proceso
radioactivo.
Los científicos lograron
identificar tres variantes comunes de radioactividad: partículas alfa (núcleos
ionizados de helio), rayos beta (electrones de alta energía) y rayos gamma
(radiación electromagnética de alta energía). Stephen Battersby ha señalado
que, en la actualidad, la radioactividad se utiliza para obtener imágenes
médicas, eliminar tumores, fechar objetos antiguos, impulsar naves espaciales y
conservar alimentos.
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